El 30 de octubre de 1938, la adaptación radiofónica de una novela (ver grabación arriba) causó la histeria de un país, en especial de la ciudad deNueva Jersey y su vecina Nueva York. En la actualidad, 75 años después, todavía causa asombro lo que logró Orson Welles de forma involuntaria:demostrar el poder de los medios de comunicación de masas, su capacidad para manipular a la gente.
Aquella tarde, la gente se asustó creyendo que Estados Unidos estaba sufriendo un ataque de seres venidos del espacio, en concreto de Marte, y todo porque se lo decía la radio, una vía fiable de noticias que no podía mentir y que ya había demostrado su eficacia en algunos directos famosos como la caída del zepelín Hinderburg un año y medio antes. ¿Cómo puede engañarse a una nación? ¿Cómo fue posible si Welles no buscó el engaño premeditado?
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La culpa la tuvo un interludio musical. Parece mentira, pero fue así. Al menos en parte. Welles realizaba un programa semanal para la Columbia Broadcasting System (CBS) dramatizando en antena algunas obras muy conocidas. Ese 30 de octubre de 1938 iba a contar en la radio la novela deH. G. Wells 'La Guerra de los Mundos', que había decidido narrar con sus colaboradores en forma de boletines de noticias para darle más realismo y enganchar a los oyentes.
Como cuenta el magnífico documental de Documentos TV: La Guerra de los Mundos, ese día, a las ocho de la tarde, Welles tenía mucha competencia en las ondas. En concreto, al ventrílocuo Edgar Bergen, que con su muñeco Charlie McCarthy fascinaba a la audiencia en la NBC a pesar de que ésta no podía ver al muñeco. La mayor parte de los oyentes seguían el programa en el que actuaba el famoso ventrílocuo. Todo transcurría sin problemas hasta que llegó el paréntesis musical.
La gente cambia de emisora y se cree la falsa invasión
Ante la pausa musical en la programación, muchos decidieron sintonizar otras emisoras, y moviéndose por el dial, miles llegaron a la CBS y pillaron empezada la emisión de 'La Guerra de los Mundos'. Al iniciar el programa, Orson Welles había avisado de que lo que iban a escuchar era la novela del mismo nombre guionizada para radio, que todo era ficción. Pero los que se conectaron más tarde no escucharon ese mensaje.
Así, comenzó una espiral de histeria que acabó con las comisarías colapsadas a llamadas, sobre todo en Nueva Jersey, donde se inició el ataque extraterrestre y los marcianos estaban causando estragos entre la población, o eso creía la gente porque la radio estaba contando el fin del mundo en directo. Otros muchos creían que la Alemania nazi estaba atacando los Estados Unidos.
La forma de narración, por medio de continuos boletines de noticias y testimonios de supuestos testigos, incluido el presidente Franklin Delano Roosevelt, al que imitó el propio Welles en un supuesto mensaje a la nación, contribuyó al engaño de esos nuevos oyentes que creyeron a pies juntillas lo que les decía la radio.
El programa duró casi una hora, aunque a los 40 minutos (10 minutos después de lo que lo exigiera la CBS), Welles realizó un mensaje aclaratorio para evitar la histeria que se había apoderado de todo el país (la invasión se había extendido a otras ciudades durante la emisión), pero ya era tarde. Mucha gente había hecho las maletas para huir a las montañas y ya no escuchaba la radio.
Interpretación errónea de los signos
Los habitantes de las ciudades supuestamente atacadas miraban por las ventanas de sus casas y al ver mucho tráfico, pensaban que la población huía, por lo que se marchaban con lo puesto. Otros escudriñaban a través de las cortinas o las persianas y al no ver a nadie en las calles, pensaban que todo el mundo había escapado, por lo que también se iban. Era el caos.
Ni siquiera la calma llegó al final del programa, cuando el personaje al que prestaba Welles su voz, el científico conocido como Profesor Pierson, narraba la muerte de los marcianos invasores y la victoria estadounidense después de haber sufrido graves pérdidas humanas por culpa de los gases y los rayos de calor. La gente seguía llamando a las ciudades atacadas para ver si estaban vivos sus familiares o amigos.
A las 11 de la noche, Welles salió en antena para explicar que debían tomar la radionovela que había narrado junto a su equipo como unabroma de Halloween y que lo que habían tomado como un ataque marciano era la adaptación radiofónica de 'la Guerra de los Mundos'. Muchos respiraron aliviados, pero también fueron numerosos los que se indignaron con la broma que no había sido montada como tal aunque la elección de la novela estuviera relacionada con el día que se iba a narrar en antena.
Al día siguiente obligaron a Orson Welles a pedir disculpas, pero éste, aunque se mostró contrito, no se consideró responsable de ningún engaño premeditado. "No tengo ningún interés en explicar al público los motivos para radiar la novela, ni mucho menos para disculparme por haberles entusiasmado. Si han existido situaciones de pánico colectivo es solamente porque sé contar historias en la radio", declaró ante los medios.
Welles alcanzó una gran fama gracias a este episodio, lo que contribuyó a lanzar definitivamente su carrera como actor y guionista, y más tarde como director y productor de cine. Todo el mundo se hizo eco de este episodio de locura colectiva 'inducida' por la radio. Las demandas contra él y la CBS no prosperaron, aunque sí se reguló a partir de entonces el que se pudiera dar una radionovela en el formato de boletines de noticias.
Se repite el experimento
La adaptación de la obra literaria de H. G. Wells para radio se ha realizado más veces, y siempre creando alarma social. Pero hubo una vez que la broma costó vidas humanas. Ocurrió en Radio Quito en 1949. Entonces, el objetivo sí fue gastar una inocentada atrasada (era 12 de febrero) a los oyentes, y la broma, repetir la histeria que provocó Welles, se volvió contra los bromistas.
Cientos de oyentes engañados por el falso ataque extraterrestre lanzaron piedras, ladrillos y otros objetos contra el edificio en el que se encontraba la emisora de radio, que era el mismo en el que tenía instalada la redacción el diario ‘El Comercio’. Un incendio se provocó en el mismo por esta lluvia de proyectiles y los periodistas del periódico y la radio tuvieron que huir por los tejados.
Cinco personas perdieron la vida porque la policía y los bomberos no intervinieron al pensar que todo formaba parte del programa radiofónico.El total de víctimas por culpa de los disturbios ascendió a nueve. Un final desgraciado para una gamberrada que demostró otra vez que la radio podía manipular a la gente.
¿Realmente cundió el pánico en EEUU durante la transmisión de ‘La guerra de los mundos’?
Es con toda seguridad el capítulo más famoso de la historia de la radio mundial: Orson Wellesretransmite en la radio de EEUU una radionovela titulada ‘La guerra de los mundos’, que narra el ataque de los alienígenas a la Tierra con tal realismo que la gente huye de sus casas, arrastrada por un pánico irracional. Una bonita historia sobre el desmesurado poder de los medios y la frágil frontera entre la realidad y la ficción. Desdichadamente es una historia tan falsa como un ovni de papel de aluminio.
Aquel famoso programa, del que hoy se cumplen 75 años, disparó el mito de Orson Welles y se convirtió en su pasaporte hacia su triunfal carrera en Hollywood, de la mano de la RKO. Cuando se habla de la obra de Welles es inevitable hacer mención a aquella legendaria retransmisión del libro homónimo de H.G. Wells en el Teatro Mercurio de Nueva York, con el sello de la CBS. Un documental emitido el pasado 27 de octubre en Documentos TV explica cómo se gestó la “emisión del pánico”: “Más de un millón de personas se convencieron de que los Estados Unidos estaban bajo el ataque de invasores extraterrestres”, “el país experimentó un tipo de histeria masiva que no se había visto hasta la fecha” son algunas de las frases que jalonan el documental.
El problema es que ninguna de ellas es verdad: “Prácticamente nadie resultó engañado por la retransmisión de Welles”, afirman los profesores de comunicación Jefferson Pooley y Michael Socolowen un controvertido artículo en Slate. Según los estudiosos, la audiencia del programa fue mucho menor de lo que nos ha contado la historia y casi todos los radio oyentes entendieron desde el principio que aquel programa no era más que una dramatización.
¿Por qué ha llegado hasta nuestros días entonces esa versión distorsionada de lo que pasó aquella noche en la costa este de Norteamérica? Por la facundia de los periódicos, que manipularon a sabiendas las consecuencias de la retransmisión en su intento por desprestigiar un medio advenedizo como la radio, que amenazaba su hasta entonces monopolio de la información, según explican los profesores:
“La radio había absorbido una buena parte de los ingresos publicitarios de la prensa escrita durante la Depresión, dañando a la industria de los periódicos. Así que éstos vieron en el programa de Welles una oportunidad para desacreditar a la radio como fuente de noticias. La industria de la prensa exageró el pánico para demostrar a anunciantes y reguladores que la radio era un medio irresponsable y no debía ser confiado”.
Cabeceras como la prestigiosa The New York Times no dudaron en lanzarse a la yugular de su competidor hertziano con motivo del serial de la CBS. Pero el también neoyorkino Daily News llevó la manipulación al paroxismo con su portada: “Una falsa “guerra” radiofónica extiende el terror en EEUU”. La campaña de los periódicos fue tan desmesurada que ‘La guerra de los mundos’ cobró un éxito inesperado… a posteriori: todo el mundo afirmó haber escuchado la radionovela en directo, pero los datos que aportan Pooley y Socolow demuestran que no fue así. Haciendo un osado paralelismo espacio-temporalmente es como cuando todo hijo de vecino vio la cámara oculta de Ricky Martin y la niña del fuagrás, un programa que –lo lamentamos- jamás fue emitido.
En realidad, sólo el 2% de los oyentes que estaban escuchando en aquel momento la radio estaban sintonizando la frecuencia de la CBS, según los autores. Para abundar en este dato, ‘La guerra de los mundos’ fue el vano intento de la cadena para contraprogramar un programa de éxito, Chase and Sanborn Hour, dirigido por el ventrílocuo Edgard Bergen. (¿Un ventrílocuo en la radio? ¡Así cualquiera!).
¿Por qué se ha perpetuado entonces el mito de aquel programa?, se preguntan los autores. En primer lugar “porque confirma nuestro escepticismo cultural sobre las audiencias masivas y el miedo que suele acompañar a la excitación por los nuevos medios”, se autorresponden. No menos importante es la inevitable promoción que aquel episodio supuso para la CBS, para la radio en general y para Orson Welles en particular, que lejos de salir debilitados por los ataques de la prensa escrita, convirtieron ‘La guerra de los mundos’ en un singular ejemplo del enorme poder de influencia del nuevo (en 1938) medio, la hoy venerable radio.
Hace 75 años, se produjo un día histórico para la radio. La emisión de La Guerra de los Mundos por Orson Welles en la CBS provocó el pánico en Estados Unidos.
¡Sigue a Hipertextual!
El 30 de octubre de 1938, Orson Welles demostró por primera vez el grandísimo poder de los medios de comunicación de masas, y en particular, la capacidad de la radio. Aquella tarde se emitiría La Guerra de los Mundos a través de la norteamericana CBS.
Orson Welles tenía mucha competencia radiofónica en esa franja horaria, no en vano su principal rival era el ventrílocuo Edgar Bergen con su programa en la NBC. Pero en realidad, con la emisión de La Guerra de los Mundos, Welles no tuvo rival.
El aviso de la narración falsa fue ignorado
Antes de comenzar a narrar su programa, Welles avisó claramente a sus oyentes: la historia que iban a oír pertenecía al género de ficción. A pesar del anuncio, muchas personas comenzaron a escuchar La Guerra de los Mundos una vez iniciado el programa, lo que desató la histeria del público en las hipotéticas ciudades atacadas por extraterrestres.
El falso ataque de los marcianos había comenzado en Nueva Jersey
En su relato, Welles contaba con todo lujo de detalles cómo los marcianos habían comenzado su ataque en Nueva Jersey, y que otras ciudades cercanas, tales como Nueva York, también estaban sufriendo problemas.
La forma de narrar la historia en la radio fue increíble, ya que el conocidísimo norteamericano imitó la retransmisión de boletines de noticias, testimonios de supuestos testigos e incluso, Welles se permitió imitar al presidente Roosevelten un imaginario mensaje a la nación ante los supuestos ataques.
Un día histórico e histérico
La creatividad e imaginación del también creador de «Ciudadano Kane» quedaron patentes a través de las ondas. Pero sobre todo, la radio demostró su capacidad de llegar a miles de oyentes, y la extrema facilidad con la que se podían distribuir noticias falsas.
La radio demostró su extraordinario poder de comunicación
Antes de terminar de narrar su guión, Orson Welles se vio obligado por la propia CBS a intercalar un mensaje tranquilizador a los oyentes, justo cuarenta minutos después de haber comenzado a contar su historia. Y es que el programa radiofónico provocó lahisteria del público, ya que miles de ciudadanos colapsaron las comisarías de llamadas telefónicas.
Aunque la narración nunca ocurrió, el aniversario de La Guerra de los Mundos nos obliga a mirar al pasado para entender la gran capacidad de los medios de comunicación. En 1938, hubo incluso quien creyó que Welles estaba narrando un ataque de la Alemania nazi a los Estados Unidos.
Algunos ciudadanos pensaron que se trataba de un ataque nazi a Estados Unidos
Nada de aquello fue verdad, pero 75 años más tarde, vale la pena recordar uno de los momentos periodísticos más célebres de la historia. Salvando las distancias, La Guerra de los Mundos podría compararse con la distribución de noticias falsas que ocurren en ocasiones en nuestros tiempos.
Y aunque mucha gente quiera culpar aInternet y las redes sociales de estos sucesos, La Guerra de los Mundos nos demuestra que estos hechos también ocurrieron en el pasado. Hace 75 años, la radio y Orson Welles se dieron la mano en un día histórico (e histérico para algunos). Para quien quiera escuchar el programa completo, os dejamos a continuación la grabación completa: